Hace
tiempo leí un artículo que me confirmó lo que había estado orando; hace más de
un mes que me di a la tarea de reducir el uso de mi teléfono celular, por las
mañanas no tengo computadora así que todo cuanto compartía en las redes
sociales y con amigos, era por medio del celular.
De
pronto me di cuenta que ese pequeño aparato se había convertido en mi accesorio
personal, como si fuera un anillo o un brazalete. Estaba haciendo la comida y
platicando con alguien, lavaba la ropa y contestaba e-mails, estaba comiendo y
recibía mensajes para enviar algún formulario o me hacían peticiones de
imágenes, mensajes grupales y me acostumbré a hacer todo de manera mecánica.
Era
como si un brazo hiciera algo y el otro sostuviera el celular.
Si no
sabemos priorizar y sobretodo usar el teléfono, tabletas, laptops, etc.
estaremos dejando que dominen nuestra vida en lugar de usarlos como una
herramienta que nos ayude a compartir el reino de Dios, su Palabra.
Toda
esta tecnología es hermosa cuando la sabemos usar, cuando a través de ella nos
conectamos con el mundo, compartimos el evangelio, animamos a otros a la
distancia; pero podemos caer sin darnos cuenta en idolatría, en esa necesidad de estar
conectadas todo el tiempo con otras personas, esa necesidad de hablar y hablar
y hablar con alguien que está a miles de kilómetros de distancia, sin tomarnos
el tiempo para salir a caminar con quienes tenemos cerca.
He
estado en los dos puntos, es peligroso depender de una red social para
convivir, es peligroso estar conectados todo el tiempo, pues en dos segundos
entramos a una página y pasarán 2 o 3 horas sin darte cuenta.
Cuando
permitimos esa idolatría a nuestro celular o tablet, nuestro tiempo devocional
disminuye, nuestra comunión con Dios se hace menos frecuente, nuestro tiempo en
familia lo resiente también y nuestra alegría comienza a fluctuar.
Una
forma muy sencilla para saber si nos excedemos en el uso del teléfono, es
preguntarnos y ver ¿cuánto tiempo paso en oración cada día? ¿Cuánto tiempo
invierto en la lectura de la Palabra de Dios? ¿Cuánto tiempo paso en comunión
con mis hijos y mi esposo? ¿Cuánto tiempo estoy en las redes sociales? ¿Qué es
lo que leo antes de dormir y cuando recién despierto?
Podrás
decir y excusarte como lo hacía yo y decir: “bueno, pero estoy compartiendo
versículos en mi Facebook” ¿todo el día? ¿Cuánto tiempo invertiste antes en la
presencia de Dios? Sé que todo lo que hacemos para nuestro Dios tiene su
recompensa, nada de lo que hacemos es en vano pero también sé que debemos saber
usar nuestro tiempo.
Mirad, pues, con diligencia cómo
andéis, no como necios sino como sabios,
aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos.
Efesios 5:15-16
Ha
sido un mes de mucha bendición, he estado implementando límites en el uso de la
tecnología y me ha funcionado, te comparto lo que he hecho y aunque aún no me
acostumbro del todo a estar fuera de línea, me ha servido.
1.
Reorganizar aplicaciones.
No sé
si te pase lo mismo que me pasaba a mí, quería ver la hora y automáticamente
abría Instagram o facebook. Era algo mecánico y sin pensar ya estaba viendo las
fotos. Lo que hice fue reorganizar las aplicaciones y dejar en la pantalla
principal las que son útiles en mi día a día y las que son de bendición.
En ella
la única red que tengo es Whatsapp pues estoy en varios grupos de estudio y
oración y es el único medio por el cual me contacto con mis hermanos. Y aunque es una red en la que puedes hablar en
cualquier momento del día, hemos sabido manejar los tiempos de cada una y así
cuando estamos en línea todas, es un gozo compartir del evangelio y orar.
2. Crear una carpeta con las redes sociales
Esto
me facilita tanto el uso de mi celular, como no
veo las notificaciones que tengo cada que contesto una llamada o un
mensaje de whatsapp, no entro a ellas en todo el día.
3.
Cerrar sesión
He establecido
junto con mi esposo un horario para estar en internet, por las noches mientras
él se baña y alista para dormir yo tecleo y programo las fotos para la página
de Facebook y el blog; después de ello cierro sesiones en las redes y estoy de
lleno con mi esposo.
Sirve
mucho el poner el teléfono en modo avión durante la noche, antes de dormir si
eres de las que como yo, usan el celular como despertador.
4. Decidirte a ser libre
Podemos
hacer y deshacer con el celular, cambiar y cerrar aplicaciones, etc. pero si en
nuestro corazón no está la convicción de querer ser libre de ello, no servirá
de mucho, la carpeta que cree de redes sociales le cambie el nombre por “Soy
Libre” es una declaración continua de que no estoy dentro de la red sin salida,
sino que le doy el uso adecuado y de bendición para quienes me leen, para mi
vida, mi matrimonio, mis hijos y los que me rodean.
Somos
libres en Jesús amada mujer, no permitamos que el tiempo que estamos en el
celular, mine nuestra relación con Dios y con los nuestros. Si estamos luchando con el uso inadecuado de
nuestro celular en lugar de usarlo para el reino de Dios; es tiempo de pedir
ayuda a Dios mismo y entregarlo a Él.
Por tanto, acerquémonos confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordiay hallar gracia para cuando necesitemos ayuda.
Hebreos 4:16 rvc
Dejemos de lado el celular, pasemos tiempo con
nuestro Dios, jamás nos arrepentiremos de estar a su lado, tranquilas, sin
distracciones en su bella presencia.
En Su Gracia
Karla
Te comparto un video que vi hace unos días y que me pareció tan cierto y triste, peroooo con el fin de cambiar hábitos y ser libres por la gracia de Cristo.
Auch!!
ResponderEliminarGracias a Dios, por la confirmación que me ha dado atrás vez de ti. A mi me dio otra estrategia y me hizo ver otras cosas, lo pondré en práctica y ya te contaré como nos fue!!
Aprovechando la ocasión podrías mandarme el ebook de orando por el varón, ya es tiempo de orar por el de una forma diferente. Mi correo es: arvita0312@yahoo.com.mx
EliminarGracias!!
Wooowww!!!!
ResponderEliminarCuanta verdad en tus palabras, gracias a Dios se me dañó el módem y esto me permitió ver todo en tiempo que me pasaba frente al monitor de la computadora y de espaldas a mis hijos y mi esposo.
Todo pasa por algo definitivamente.
Ahora trato de ver lo menos posible el celular y leyendo tu post me doy cuenta que no estoy tan equivocada y que estoy encaminando mi vida y a mi familia por el sendero correcto.
Que Dios te bendiga y pondré en practica cada uno de tus consejos.
Gracias hermanas esta reflexión y herramienta me sirvio de inspiracion para hacer cambios en lo referente al uso del celular, yo tambien he vivido esas experiencias y echando broma decía que el celular era una extensión de mi mano.... imaginate!!!! el caso que empece a desactivar notificaciones y a eliminar aplicaciones, en eso estaba cuando encontré tu escrito.
ResponderEliminarGloria a Dios!!!!
estoy decidia hacer el cambio, apoyame en la oración
Dios te bendiga